De REVISTA UNIVERSIDAD DEL VALLE NÚMERO 2/3 (1976)




SABIDURÍA DE UNIVERSIDAD

Algunos sabios que en el mundo han sido
imbéciles han sido,
incapaces de descubrir una puesta de sol en la mañana
o en los pasillos de su minioficina.
Sabios de pacotilla
apuntalados en su rincón de libros
poseedores de verdad  y vida
que no saludan al vecino porque no baila con sus mismos códigos.

ANTIPOEMA DOS

Los que juegan al mundo de la ciencia serán desintegrados,
Hinostroza lo dice.
Los que quieran mirarse en un espejo cóncavo
se ganarán la rifa,
Nicanor Parra me lo contó al oído.
Los esclavos atormentadamente atormentados de:
levistrauss
todorov
derridá
freud-newton-galileo
se morirán ahogados en mierda de las máquinas
porque juntos (todo el que quiera y yo)
acabaremos con la ley de los vasos comunicantes,
me trajo la noticia un pajarito.
Y sólo viviremos
los que despedacemos uno, dos, tres… cinco computadores electrónicos.

HACEDORA DE VERSOS
           
      A Bertolt Brecht, escritor de sus versos durante el primer tercio
                de este siglo, cuando no se pagaba ya nada por la poesía

Hoy me da la gana comunicarme con las estrellas
y volver a mis tonos de otros días
no solemnes.
Cuando no pedía pan para nadie y amaba a un solo hombre,
miraba la ciudad
y me volvía asustada al correr de los gatos por entre los andenes en la noche.
Mientras los carros pasan
a la velocidad nueva de dos horas Londres – Nueva York
yo leo a Bertolt Brecht
y me recuerda que ya los versos no los paga nadie
y que la poesía no compite en el mercado diario de besos, leche y pan.
Y en tanto los poetas existimos
sin aprender todavía a morirnos.



Una lluvia insistente vela tu lejanía
y el llanto empoza mis recuerdos,
tu presencia callada.
Mis tenis hunden tu imagen en el agua
y hace frío.
El ruido de los techos acalla el interior,
tú pasas.
Un cielo claro me espera al otro lado.

ESTA ORILLA

Serás nuevamente una sonrisa:
escribiré sobre otras cordilleras
tu nombre
y beberé en mis ríos cotidianos
tu piel morena y dura
tu mirar almendrado…
para recuperar otros espacios.
Una lluvia quebró tu cercanía
y un futuro de luchas se perfiló en dos mapas diferentes.
En cada atardecer tú vienes
y eres cada deseo.

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